Caracterizar esta población es complejo dado que se trata de un colectivo diverso que comparte una o más de las siguientes características: primera generación de estudiantes universitarios en sus familias, adultos no jóvenes, estudiantes que estudian y trabajan, estudiantes cabezas de hogar, mamás o padres jóvenes, excombatientes, estudiantes provenientes de zonas rurales, personas con experiencias relacionadas con migraciones forzosas o pertenecientes a comunidades étnicas históricamente vulneradas, o en situación de discapacidad (Guirriman et al., 2018), y más recientemente estudiantes con experiencias escolares en tiempos de pandemia.

 

El fenómeno de la permanencia y finalización de programas académicos en la educación  superior requiere considerar aspectos de capital social y cultural que ayudan u obstaculizan las trayectorias durante la educación superior para este grupo de estudiantes no tradicionales.

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